Es el peor momento de Macri desde que asumió en diciembre de 2015: el dólar se disparó y obliga al Central a despilfarrar reservas, los mercados le dan la espalda al equipo económico, las expectativas inflacionarias se ubican en no menos del 22% para este año y la gente empieza a sentir que la “campaña del miedo” se quedó corta.
Quizá por todo eso, quizá porque ante el desbarajuste la primera reacción es buscar confianza, Macri convocó a la Casa Rosada a sus más cercanos. Elisa Carrió pasó por Balcarce 50 y salió hablando de economía, mercados, industria y dólar, todos temas que alguna vez dijo desconocer y hasta reprochar.
“Es un día con gestos y ese gesto es que estoy en la Casa Rosada. Quiero llevar tranquilidad a toda la Argentina”, dijo con el ego en lo más alto de sus marcas la líder de la Coalición Cívica tras la visita al Poder Ejecutivo, aunque trascendió que no se reunió ni con Macri ni con Marcos Peña.
“Estados Unidos está lleno de argentinos”, escupió también otras superficialidades sobre la economía nacional.
Por si eso fuera poco, apeló al antibiótico que más suele usar Cambiemos: “la pesada herencia”: “No pueden hablar quienes se robaron el pais y vaciaron el Banco Central de manera fraudulenta”, dijo en las redes sociales.
Además, volvió a echar mano a la pesada herencia: “Lo que la gente de afuera quiere saber es si nosotros vamos a gobernar o si va a haber un avance kirchnerista. Les da miedo la vuelta de kirchnerismo”, dijo sin dudarlo horas después de que la influyente revista Forbes publicara que “quizá ya es hora de abandonar la Argentina”, en referencia a los inversionistas internacionales.
Según difundieron desde el palacio presidencial, Carrió se reunió con el cuestionado ministro de Energía, Juan José Aranguren ; el secretario de Fortalecimiento Institucional, Fernando Sánchez y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
En las próximas horas, según adelantó ella misma, se reunirá con Macri y Peña.