Sindicatos y la oposición de izquierdas han organizado una protesta en la capital francesa para mostrar su rechazo a las políticas del gobierno de Emmanuel Macron y exigir mayor justicia social.

Más de 60 partidos de izquierdas, asociaciones y sindicatos salieron a las calles este sábado en varias ciudades de Francia, con la esperanza de congregar una “marea popular” para oponerse a la política del presidente Emmanuel Macron, que lleva un año en el poder. Los organizadores colmaron las espectativas de  reunir a decenas de miles de personas en París y en otras ciudades para expresar su descontento ante las reformas emprendidas por el gobierno francés en diversos ámbitos (derecho laboral, funcionarios, transporte ferroviario, universidades…) en detrimento, según ellos, de determinadas partes de la población.

Al parecer, al igual que Mauricio Macri en la Argentina, la movilización no parece preocupar demasiado al jefe del Estado que, desde San Petersburgo, declaró el viernes que “esto no lo detendría”.

“Escuchar a la gente no significa ser la veleta de la opinión pública, así que asumo el hecho de no presidir en función de los sondeos o de las manifestaciones, porque es algo que ya se ha hecho demasiado”, avisó Macron.

Por su parte, Philippe Martinez, secretario general del poderoso sindicato CGT que participa en el movimiento de protesta denunció este sábado:”Se hacen regalos para los muy ricos, se invita al Elíseo (palacio presidencial) a directores ejecutivos de empresas que no pagan sus impuestos y, en paralelo, se congelan los sueldos de los funcionarios, se aplica la CSG (impuesto para financiar parte de la protección social) a los jubilados”.

La conflictividad social crece día a día en Francia. Semanas atrás el desfile del 1 de mayo en París dejó importantes daños materiales (marquesinas destrozadas, coches incendiados, vitrinas de restaurantes rotas) y enfrentamientos con la policía que las autoridades atribuyeron a unos 1.200 manifestantes violentos de extrema izquierda. Cuatro días después, otra manifestación contra las políticas de Macron reunió a entre 40.000 y 160.000 personas, según las distintas fuentes, y se saldó con incidentes limitados.

Por último, el 22 de mayo, cerca de 139.000 personas, según el ministerio del Interior, desfilaron en numerosas ciudades francesas en una protesta convocada por los sindicatos de funcionarios. Ese día hubo huelgas en las guarderías y las escuelas. El gobierno francés afronta, además, desde primeros de abril una movilización contra una reforma de la compañía nacional de ferrocarriles, la SNCF, que ha provocado numerosos días de huelga.

 

 

 

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