El “amigo” de Mauricio Macri se convirtió este viernes en el primer jefe del gobierno en España que es apartado del cargo por el Congreso desde que se restauró un régimen democrático en el país europeo.
El hasta ahora presidente español cayó después de que prosperara una moción de censura presentada en su contra por su rival Pedro Sánchez, líder del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El secretario general del PSOE alcanzó las afirmativas de 180 diputados frente a 169 que se manifestaron en contra y una abstención en la votación por la moción de censura propuesta y fue investido como nuevo presidente del Gobierno. PSOE, Podemos, Compromís, ERC, PDeCAT, Bildu y PNV son los partidos que apoyaron a Sánchez: es el séptimo presidente en democracia, y el primero que llega sin haber sido diputado ni a través del voto popular. Sánchez se comprometió a “atender las urgencias sociales”, así como a combatir la precariedad y la desigualdad, a la vez que asumió los compromisos europeos de estabilidad presupuestaria, según reprodujo Página 12.
La principal tarea que tendrá Sánchez en lo inmediato será generar consensos políticos, ya que los sostuvieron fuerzas variadas, y el rechazo a las sentencias por corrupción dentro del PP. Sin embargo, la primera fuerza en el Congreso continúa respondiendo al partido saliente, quienes hace menos de dos semanas lograron la aprobación del presupuesto y cuentan con mayoría absoluta en el Senado.
Según informó elmundo.es, el flamante mandatario adelantó que asumirá los compromisos con la Unión Europea y que está dispuesto a dialogar con el nuevo presidente de Cataluña, Quim Torra, para lograr una solución política al desafío independentista.
El hombre que eligió el Congreso fue elegido líder del PSOE en 2014, y desertor del espacio cuando se negó a acreditar la investidura a Rajoy, desconociendo al propio partido. Sin embargo, un año más tarde Sánchez se impuso en elecciones internas y recuperó su poder en el PSOE.
Mientras se aguarda una declaración por parte del Gobierno argentino, el escenario supone un signo de interrogante en las negociaciones que Macri pretendía avanzar de cara a un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.