El magnate y presidente de los Estados Unidos jugó hoy otra fuerte carta anti inmigratoria en la recta final hacia las elecciones legislativas.

El presidente estadounidense, Donald Trump, jugó hoy otra fuerte carta anti inmigratoria en la recta final hacia las elecciones legislativas, al declarar que quiere ponerle fin al derecho constitucional a la ciudadanía para los niños nacidos en el país de padres que no la tienen, algo que, según los especialistas, no podrá concretar de manera unilateral.

Decidido a hacer de la inmigración el gran tema de los comicios de la semana próxima, Trump hizo su propuesta justo cuando busca energizar a sus bases y ayudar a su Partido Republicano a mantener el control del Congreso y mientras una caravana de migrantes centroamericanos avanza hacia la frontera entre México y Estados Unidos.

Ayer, su gobierno anunció que enviará esta semana 5.200 soldados a la frontera para hacer frente a la caravana, y anoche dijo en otra entrevista que los migrantes deberán esperar el procesamientos de sus solicitudes de asilo en “ciudades de carpas” que Estados Unidos está dispuesto a levantar, pero no en albergues costosos.

“Somos el único país en el mundo donde una persona viene y tiene un bebé, y el bebé es esencialmente un ciudadano de Estados Unidos por 85 años, con todos los beneficios”, indicó hoy Trump al diario digital Axios.

Trump parecía no saber que Canadá y la mayoría de los países latinoamericanos tienen normas similares que otorgan la ciudadanía a los nacidos en su territorio.

Los demócratas pusieron el grito en el cielo y calificaron la idea de “inconstitucional”, mientras que la principal organización de derechos civiles del país acusó al presidente de “borrar” la Carta Magna.

“Si bien la propuesta de Trump de terminar con la ciudadanía por nacimiento es obviamente inconstitucional, su intención es clara: incitar al miedo, dividir a nuestra nación y hacer que las comunidades vulnerables se sientan inseguras”, aseguró en un comunicado el portavoz del Comité Nacional Demócrata, Daniel Wessel.

El director del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), Omar Jadwat, también acusó Trump de “sembrar división” y dijo que intenta “borrar” la Constitución.

“El presidente no puede borrar la Constitución con un decreto, y la garantía de ciudadanía de la enmienda 14 es clara”, dijo Jadwat en un comunicado.

Durante la campaña electoral de 2016, Trump ya exploró la idea, aunque los expertos consideran que se enfrenta a notables obstáculos y desencadenaría un prolongada batalla legal por ser parte explícita de la Constitución del país, en su demimocuarta enmienda.

“Siempre me han dicho que necesitabas una enmienda constitucional. ¿Y sabes qué? No hace falta (…) Ahora dicen que puedes hacerlo solo con un decreto”, dijo Trump, quien no ofreció detalles al respecto y se limitó a señalar que había discutido la cuestión con sus asesores legales de la Casa Blanca.

El plan estaría dirigido a los hijos e hijas de inmigrantes en situación ilegal en el país y no se aplicaría a personas con permiso de residencia, informó la cadena CNN.

Desde su llegada a la Casa Blanca en 2016, el mandatario republicano defendió una política de mano dura contra la inmigración y llegó a prohibir la entrada en Estados Unidos de los ciudadanos de varios países de mayoría musulmana al asegurar que suponía un riesgo para la seguridad nacional.

El endurecimiento de su política migratoria coincide con el final de la campaña electoral para las legislativas del 6 de noviembre, en las que los republicanos buscan mantener la mayoría en el Congreso.

La propuesta de Trump también coincide con la gran atención que generó la caravana de migrantes que, huyendo de la pobreza y la violencia en sus países de Centroamérica, avanza a pie o en vehículos hacia la frontera entre México y Estados Unidos, con el sueño de poder entrar y trabajar y vivir en paz en suelo estadounidense.

Ayer, el mandatario anunció su intención de construir “ciudades de carpas” donde detener a los miembros de la caravana migratoria y a los centroamericanos que pidan asilo mientras se resuelven sus solicitudes.

“Vamos a construir ciudades de carpas, vamos a poner carpas por todos lados, no vamos a construir estructuras -gastar cientos de millones de dólares-, vamos a tener carpas, van a ser muy bonitas, y (los migrantes) van a esperar, y si no reciben asilo se van a ir”, dijo Trump en una entrevista en Fox News.

Ayer, una segunda caravana de unas 2.000 personas intentó acceder a México cruzando a pie el río Suchiate, fronterizo con Guatemala, pero la policía lo impidió y los migrantes estuvieron varados unas horas con el agua hasta el cuello hasta que accedieron a ingresar ordenadamente a través de una aduana migratoria

Una primera caravana más numerosa, de unas 4.000 personas y que accedió a México el 19 de octubre tras salir de Honduras y atravesar Guatemala, llegó anoche al poblado de Santiago Niltepec, estado de Oaxaca, con la intención de alcanzar la frontera estadounidense. (Télam)

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