La victima es la actriz Thelma Fardin, que trabajó con Darthés a los 16 años.
En el día que se conoció que la abogada Ana Rosenfeld no iba a continuar como abogada del actor, el movimiento “La Colectiva de Actrices Argentinas” que reúne a actrices en contra del abuso presentó una denuncia por violación contra el actor.
“La Colectiva de Actrices Argentinas” respaldó en conferencia de prensa la grave denuncia de la actriz Thelma Fardin contra su colega Juan Darthés por violación cuando la joven tenía 16 años. La denuncia se radicó en Nicaragua, donde habrían ocurrido los hechos tal cual lo describió Fardin en la conferencia.
“Thelma pudo radicar la denuncia penal en la justicia, pero otras compañeras que narraron haber sido violentadas por el mismo sujeto, no pudieron avanzar judicialmente”, respaldaron más de 50 actrices a través de un comunicado.
“Hoy decimos Basta. Escúchennos: el tiempo de la impunidad para los abusadores debe terminar”, leyeron las actrices.
Dolores Fonzi, Nancy Duplaá y Julieta Ortega Adriana Salonia, Anabel Cherubito, Andrea Pietra, Belén Chavane, Dolores Fonzi, Griselda Siciliani, Jazmín Stuart, Julieta Cardinali, Julieta Díaz, Julieta Ortega, Julieta Zylberberg, Lali Espósito, Laura Azcurra fueron algunas de las que dijeron presente en esta acción fundacional de La Colectiva, que nació al calor de la pelea por la legalización del aborto.
Mirá la carta completa de Actrices Argentinos:
La colectiva Actrices Argentinas convoca a esta conferencia de prensa para acompañar la denuncia penal radicada en Nicaragua en la Unidad Especializada de delitos contra la Violencia de Género del Ministerio Público realizada por nuestra compañera Thelma Fardin contra Juan Darthés. Venimos trabajando, teniendo regularmente asambleas en las que reflexionamos sobre temas relacionados con nuestro oficio. Estas asambleas han dado un marco de contención para que podamos hablar y decir lo que nos pasa. Por eso hoy estamos acá.
Como ya sabemos, el movimiento de mujeres y otras diversidades sexuales se propone desterrar un régimen de violencia e impunidad sostenido tanto desde el estado, como en cada espacio donde se juegan relaciones de poder. Están presentes en nuestros trabajos y lugares de formación.
El precio que nos ha sido impuesto a la hora de desarrollarnos profesionalmente ha sido el de callar y someternos. Según una encuesta reciente de SAGAI, el 66% de les intérpretes afirmó haber sido víctima de algún tipo de acoso y/o abuso sexual en el ejercicio de la profesión. Se parece más a una norma que a una excepción. Porque, ¿a quién vamos a denunciar? ¿Al jefe de casting? ¿Al dueño de la productora? ¿Al director de la obra o película? ¿Al maestro de teatro?
Es sabido que éste es un fenómeno que ha sacudido internacionalmente a la industria del espectáculo y es funcional a ella. Hoy decimos Basta. Escúchennos: el tiempo de la impunidad para los abusadores debe terminar.
Las actrices somos ignoradas al denunciar y exponer los abusos. Se duda sistemáticamente de nuestras voces, de nuestros testimonios. En nuestro ámbito laboral se nos aísla frente a vivencias traumáticas que están naturalizadas, que llevan a veces años identificar y poner en palabras. Mientras tanto, el abusador habla, actúa y trabaja con total impunidad, y pretende hacer a la víctima responsable de su propio abuso.
En nuestro medio, la opresión y cosificación son moneda corriente. Se erotiza y sobreexpone a niñes y adolescentes en la industria del entretenimiento. Estamos casi siempre desprotegidas por quienes nos contratan. Por ejemplo, se envía a menores de edad de gira sin tutelaje suficiente y adecuado. En nuestro medio no hay protocolos de acción frente a casos de abuso; y la lista podría seguir es inmensa.
Necesitamos herramientas para enfrentar estas cuestiones que ademas se ven agudizadas por la precariedad laboral y la falta de trabajo. Contra todas esas formas de violencia y para que esto cambie, nos ponemos a trabajar desde hoy para dar esa batalla.
Donde la Justicia y el estado obstaculizan, desestiman, demoran, estigmatizan a las víctimas o fallan en forma aberrante a favor de los victimarios, como en el caso de Lucía Pérez, nos convocamos para decir basta. Porque el tiempo del silencio se terminó.
Asimismo, deploramos que algunos medios intenten llevar la atención hacia el costado más morboso de los conflictos mientras acallan las problemáticas laborales de fondo. Se vuelven cómplices. Le pedimos a la prensa responsabilidad en el seguimiento de este tema y de otros similares.
Los abusadores tienen el privilegio de utilizar el sistema de justicia para disciplinarnos. Buscan callarnos iniciando contra quienes se atreven a romper el silencio causas por Daños y Perjuicios o denuncias penales. Mientras las víctimas sufren las prescripciones, dilaciones, malos tratos y descreimiento por parte del aparato judicial.
Thelma pudo radicar la denuncia penal en la justicia pero otras compañeras que narraron haber sido violentadas por el mismo sujeto, no pudieron avanzar judicialmente.
La justicia no actúa con perspectiva de genero. Animarse a hacer una denuncia es un acto arriesgado cuando el poder judicial nos pone en el banquillo de las acusadas preguntando cómo nos vestimos, qué tipo de vida llevamos o si provocamos los ataques. Frente a este maltrato, está indiferencia y mordaza legal, las actrices nos organizamos.
Frente al “Mirá cómo me ponés”, nosotras decimos “Mirá cómo nos ponemos”. Nos ponemos fuertes, unidas, frente a tu violencia y tu impunidad, estamos juntas.
Que se haga justicia por nuestra compañera y por todes.
Esto recién empieza.