Vidal esperará precisiones de la expresidenta y se ilusiona con alguna recuperación económica en el conurbano antes de decidir si desdobla o no las elecciones.

La debacle económica y social que se vive en Argentina pone entre signos de interrogación la estrategia electoral de cara al año próximo. En este escenario, la gran interrogante se ciñe sobre el desdoblamiento o no de las elecciones en la provincia de Buenos Aires.

“Será una campaña difícil, áspera”, reconoce Vidal delante de su equipo más cercano e insiste, para despejar cualquier duda, que no tiene su propia grieta ni con el Presidente ni con el jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña.

“No quiero ser gobernadora de Cristina, quiero ser gobernadora de Mauricio”, repitió varias veces esta semana, dejando claro que “voy a hacer lo que sea funcional a la reelección presidencial de Macri”.

Luego de las vacaciones de verano, que Vidal pasará en Mar del Plata, volverá a recorrer la provincia en busca del apoyo de los bonaerenses y a la espera que llegue algún tipo de recuperación económica  en el Conurbano, que es donde se librará la batalla política mayor entre el oficialismo y la oposición.

Desde el peronismo se oponen al desdoblamiento.  El actual presidente del PJ bonaerense, Fernando Gray, afirmó que “es una farsa, no podemos permitir el desdoblamiento que cuesta $ 3 mil millones en una provincia donde los chicos no tienen para comer”. Luego destacó que Vidal “se quiere sacar el lastre” del presidente. Por su parte, la actual senadora y ex presidenta también se opuso al desdoblamiento y afirmó que “hay que trabajar para ganar la Provincia y la Nación”.

También afirman que la idea de desdoblar las elecciones es errada. Los votos los arrastra Cristina no los intendentes, además que la situación económica continuará pésima, con inflación y un dólar que puede acercarse a los 60 pesos como pide el Fondo Monetario Internacional para 2019.

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