El calentamiento global no es una novedad, pero sus consecuencias directas sobre nuestro ambiente son cada año más preocupantes: Dos nuevos estudios revelaron que en los últimos 40 años se multiplicó por seis la perdida anual del volumen de hielo en la Antartida, al tiempo que otro estudio reveló que existen olas gigantes y, sobre todo, muy potentes, producto del calentamiento global.
Según un estudio publicado por Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America la masa de hielo se derrite cada vez más rápido provocando el crecimiento del nivel del mar en todo el mundo. Entre 1979 y 2017 el derretimiento de la masa antartica provocó que el mar suba 1,4 centimetros.
El ritmo de deshielo, en aumento continuo, podría dejar a varias ciudadades costeras bajo el agua. “Si las capas de hielo de la Antártida continúan derritiéndose, tendremos un aumento de varios metros del nivel del mar en los próximos siglos” aseguró Eric Rignot, presidente de Ciencia del Sistema de la Tierra de la Universidad de California y autor del informe.
Además, otra nueva investigación muestra que también se enfrentan a otras amenazas relacionadas con el calentamiento global: olas gigantes y, sobre todo, muy potentes. En un estudio publicado en Nature Communications, Iñigo J. Losada, director de investigación del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria), explica que la energía de las olas del océano ha estado creciendo a nivel mundial. Su equipo ha encontrado una asociación directa entre el calentamiento del océano y el aumento de su poder devastador.
Una amplia gama de indicadores y proyecciones a largo plazo llevan la huella del cambio climático, incluido el aumento del nivel del mar, el aumento de las temperaturas planetarias y la disminución del hielo marino. Los análisis del clima marino global hasta el momento han identificado aumentos en la velocidad del viento y la altura de las olas en áreas localizadas del océano, en las altas latitudes de ambos hemisferios. Estos aumentos han sido mayores para los valores más extremos (por ejemplo, en olas de invierno).
El nuevo estudio se centró en la energía contenida en las olas del océano, que se transmite a partir del viento y se transforma en movimiento ondulatorio. Esta métrica, llamada potencia de onda (no necesariamente su altura), ha aumentado en asociación directa con el calentamiento histórico de la superficie del océano. El calentamiento del océano superior, medido como una tendencia creciente en las temperaturas de la superficie del mar, ha influido en los patrones de viento a nivel mundial, y esto, a su vez, está haciendo que las olas del océano sean más fuertes.