Así lo dijo el gobernador de la UCR. Su enojo llega luego de que el asesor de Macri recomendara no ofrecerle la vicepresidencia a un radical.
El consultor ecuatoriano es el principal asesor del presidente, sobre todo en los procesos electorales, y el radicalismo lo sabe, por lo que sus ideas, siempre orientadas a apoyarse en la estructura del PRO, genera recelos entre los aliados de Cambiemos.
El que explotó esta vez fue el radical Gerardo Morales. El gobernador jujeño, cercano a Macri durante toda su gestión, enfureció luego de que Durán Barba, en una entrevista, calificara como un error la posibilidad de ofrecerle a una figura de la UCR la vicepresidencia en la formula oficial para las elecciones.
“Le dijimos a Marcos Peña que Durán Barba dejara de hacer notas salvo que sea candidato. Que cierre la boca o que se presente como candidato”, disparó anoche el mandatario provincial durante su participación en TN.
El pasado fin de semana, en una entrevista con Perfil, el asesor sostuvo que “no es aconsejable que quien esté en la vicepresidencia no sea de la confianza del presidente”. “En México, la cosa fue tan aguda que eliminaron el cargo de vicepresidente. Macri tendrá que escoger él a alguien que sea de su confianza para ese cargo”, dijo, al ser consultado por el tema.
A pesar de su enojo, Morales no quiso meterse en esa discusión y aseguró que la cuestión de ese cargo no es lo más importante para el radicalismo. “No me parece que sea prioritario eso. Después dicen que lo que hacemos los radicales es buscar cargos”, manifestó.
Durán Barba ya ha recibido críticas de otros aliados de Macri. La diputada Elisa Carrió y Ernesto Sanz ha apuntado en varias oportunidades contra el asesor del PRO.
Lo que enoja a la líder de la Coalición Cívica-ARI y los otros socios del jefe de Estado es la insistencia del ecuatoriano de apostar siempre a figuras propias del partido del presidente en detrimento de los demás integrantes de Cambiemos.
“Mátenlo a Durán Barba, tienen mi aval”, llegó a decir la propia Carrió a mediados de 2018, cuando el consultor político aconsejaba al Gobierno evitar dar explicaciones sobre la situación económica, en medio de la corrida bancaria. “Este hombre ordena no comunicar”, se quejó en aquel momento.