A poco de conocerse la noticia de que Alberto Fernández será el precandidato a presidente que acompañara a Cristina Fernández de Kirchner, saltó a la fama Estanislao Fernández, el hijo drag queen del ex ministro de Néstor Kirchner. Conocelo acá.
Se llama Estanislao Fernández tiene 24 años, algunas pasiones y unos cuantos sueños. Hace unos pocos días, su padre lo llamó y le dijo algo que no se esperaba: “Voy a ser candidato a presidente”. Aunque se alegró por su padre, Alberto, lo que de inmediato se instaló en su mente fue un sentimiento negativo: “Acá se termina esto para mí, voy a tener que cuidarme”.
¿Cuidarse de qué? Estanislao es drag queen, y no se imaginaba poder seguir ese camino ahora que era el hijo de de uno de los hombres más importantes de la Argentina. “Cuando me lo contó fue un balde agua fría, porque no estaba al tanto y no lo esperaba tampoco. Si ya me venían diciendo cosas por hacer de drag en eventos o, incluso, por ir de hombre disfrazado y que me vean como una cosa rara, ahora va a ser peor”, relató Estanislao días atrás en una entrevista con Página/12.
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Los últimos días fueron trepidantes para el joven artista, que se dedica también al cosplay, especialidad que él mismo se encarga de explicar: “Es la representación de personajes a través de ropa y maquillaje. La palabra viene de costume, que en inglés significa disfraz, y de play, que significa interpretación”.
Estanislao define también en forma impecable lo que implica un drag queen: “Es una persona -un hombre o una mujer- que, a través de vestimenta, maquillaje, peluca, uñas y demás logra crear un personaje tan expresivo y exagerado que no necesariamente tiene que ser ciento por ciento femenino. Puede ser un personaje andrógino. Si al drag le agregás queen, tiende a lo femenino; si le agregás king, a lo masculino”.
Como era de esperar, desde que se conocieron las posibilidades presidenciales de su padre, el perfil en Instagram de Estanislao (@Dyhzy) duplicó sus seguidores. También tuvo un fuerte incremento de atención en twitter (@dyhzyx). Pasada la tormenta de atención mediática logró concentrarse en una de sus pasiones, el mundo de los comics, con la Comic Con, una convención del mundo del cómic que se celebra en Buenos Aires desde 2013.
¿Cómo se inició en el mundo del cosplay y drag el hijo del ex jefe de gabinete (una suerte de primer ministro) del gobierno argentino?”Los primeros meses lo hice sin salir de mi casa. Vivía con mi mamá y tenía un horario donde estaba solo y era el momento para explorar eso.
También porque socialmente en 2015 era un poco más tabú que ahora. Por mucho tiempo lo seguí haciendo solo para eventos y para fotos. No en mi casa, porque no lo había hablado con mis papás. Cuando lo hablé, en septiembre u octubre del año pasado, por suerte tuvo una muy buena recepción.
Se lo dije porque en ese momento viajábamos con mi mamá a Nueva York, a la Comic Con, y yo quería ir (vestido) de un personaje que me encanta, que se llama Junko Enoshima, un personaje japonés que tiene un pelo rosa gigante. Entonces fue mi momento para decírselo”.El hijo del hombre que aspira a instalarse en la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre dice no estar interesado en la política, aunque admite que hay mucho de política en lo que hace.
“Es que realmente hay tanto nivel de discriminación y de tabú… La mayoría de las drag queen trabajan en boliches (garitos) del colectivo LGTBI, nunca en un boliche heterosexual, donde el gay que va es más tapado y no es femenino. Y cuando empiezo a ir a eventos, para la gente era shockeante. Me acuerdo que al primer evento que fui era con mi novia -aunque no éramos novios todavía- y con un grupo de amigos, y me tenía que bancar (tolerar) todos los comentarios que te podés esperar. Siempre gritaban desde lejos. Yo si me dicen algo, respondo”.
Hijo de padres divorciados, Estanislao tiene una gran relación con la actual pareja de su padre, Fabiola Yáñez, que le hizo ver que una candidatura presidencial en la familia no debía representarle un problema: “Gracias a Fabiola lo empecé a ver como una oportunidad para que todas estas problemáticas se vuelvan visibles. Y ahora no lo estoy sufriendo”.
Fuente: El Mundo; Página 12