Esteban Ramírez quedó imputado por el “homicidio preterintencional” de Jorge Martín Gómez.
El efectivo de la Policía de la Ciudad acusado de provocar la muerte de un hombre armado con un cuchillo al que derribó de una patada el 20 de agosto pasado en el barrio porteño de San Cristóbal fue procesado este lunes sin prisión preventiva por la jueza de la causa, quien consideró que tuvo un accionar “excesivo e intempestivo”.
No obstante, seguirá en libertad porque la jueza de la causa entendió que no hay riesgo de fuga ni de entorpecimiento de la investigación.
A raíz del fallo de la magistrada Yamile Bernan, el oficial inspector Esteban Ramírez, de 42 años, seguirá imputado por el “homicidio perterintencional” de Jorge Martín Gómez. Este delito prevé una pena de entre tres y seis años de cárcel. Además, la jueza le trabó al acusado un embargo de dos millones de pesos sobre sus bienes.
Para Bernan, “es incuestionable que el imputado tenía el deber de desarmar a Gómez, pero también debía extremar los esfuerzos para preservar su integridad física dado que, como se viene diciendo, se encontraba en un estado de indudable y visible vulnerabilidad”.
“Esa es la razón por la cual el proceder de Ramírez no puede ser de ningún modo convalidado”, opinó y en ese sentido sostuvo que el policía “no actuó en cumplimiento de un deber pues no se encontraba legalmente habilitado a actuar como lo hizo”.
La jueza consideró que la situación que enfrentó Ramírez “no demandaba semejante despliegue de fuerza” y “aunque Gómez portara un cuchillo, su delicado y evidente estado aconsejaba la máxima prudencia y un actuar acorde a los protocolos específicos para la intervención en casos de personas con consumo problemático que, sin embargo, fueron absolutamente ignorados”.
Asimismo, planteó que a su entender la víctima “no había cometido ningún delito ni estaba huyendo de la autoridad, circunstancias que eran conocidas por Ramírez” y que cuando decidió patear a Gómez no existía riesgo inminente, ni para sí ni para terceros, argumentó.