La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó anoche a favor de la apertura del juicio político a Donald Trump por el Ucraniagate, en una decisión histórica que hará del republicano el tercer presidente desde la fundación del país en ser sometido a un impeachment.
La Cámara baja, de mayoría demócrata, votó a favor del juicio político al mandatario por abuso de poder y obstrucción al Congreso, que según establece la Constitución estará a cargo del Senado, donde se estima que será absuelto debido al amplio dominio republicano.
“Es una amenaza constante para la seguridad del país”, insistió la legisladora sobre las dos acusaciones contra el mandatario, ambas por el caso Ucraniagate.
En varias ciudades, de Boston a Filadelfia y Nueva York, se llevaron a cabo manifestaciones en las calles contra el presidente y en respaldo de los legisladores demócratas que emprendieron la investigación, condujeron las audiencias y decidieron someterlo a juicio.
Pese al clima de polarización en Washington, a ambos lados del hemiciclo los legisladores concordaron en el diagnóstico de que era una jornada triste para Estados Unidos. Pero el resto del debate subrayó la división que existe en el país sobre la figura de Trump y su futuro político.
Mientras se decidía su destino en el Congreso, el presidente viajó a bordo del Air Force One a Battle Creek, Michigan, para un mitin en un estado que considera crucial para su reelección, el año próximo.
“Los votantes dicen que los demócratas están tratando de quitarles sus votos”, dijo en una de las encendidas reacciones que disparó durante el día. “La acusación ha sido contraproducente para los demócratas”, agregó el mandatario, confiado en que el efecto político del impeachment lo termine favoreciendo.
Trump se presentó desde el principio del caso como una víctima de las maquinaciones demócratas, quienes habrían montado una “farsa” para sacarlo del camino como única manera de derrotarlo.
In the end here, nothing happened. We don’t approach anything like the egregious conduct that should be necessary before a President should be removed from office. I believe that a President can’t be removed from office if there is no reasonable possibility that the Senate..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 18, 2019
El magnate también presionó por la apertura de una investigación sobre la presunta interferencia ucraniana en las elecciones de Estados Unidos, para anular las conclusiones del Rusiagate, un caso que lo tuvo a maltraer durante más de dos años por la presunta colusión de sus asesores con agentes rusos.
Cuando el caso salió a la luz, las declaraciones de testigos claves en las audiencias legislativas que siguieron les dieron suficiente munición a los demócratas para promover la apertura del impeachment.
Será la tercera vez en la historia de Estados Unidos que un presidente será sometido a juicio político, tras los demócratas Andrew Johnson, en 1868, y Bill Clinton, en 1998, en ambos casos absueltos. El republicano Richard Nixon, acusado por el caso Watergate, renunció antes de que se llegara a la votación en el Senado.
Subidos a la teoría de la “farsa”, los republicanos compararon durante el debate de ayer el proceso contra Trump con momentos infames de la historia, como Pearl Harbor y la crucifixión de Jesucristo.
El conservador Barry Loudermilk, dijo que los republicanos no pudieron interrogar al informante anónimo, que dio comienzo a la investigación. “Cuando Jesús fue acusado falsamente de traición, Poncio Pilatos le dio la oportunidad de enfrentar a sus acusadores”, afirmó. “Durante ese juicio simulado, Poncio Pilatos le garantizó más derechos a Jesús que los demócratas a este presidente en este proceso”, agregó.
Pero los demócratas cerraron filas y se concentraron en mostrarse como un frente unido. “Mirar hacia otro lado cuando el presidente cometió crímenes contra nuestra nación no es una opción”, dijo Rashida Tlaib. La legisladora fue una de las cuatro demócratas de origen musulmán o latino a quienes en julio pasado Trump dijo que debían “volver a sus países”.
FUENTE: LA NACIÓN