El conjunto de Marcelo Gallardo quedó a un gol de la hazaña tras vencer por 2-0 al Palmeiras en un partido plagado de polémicas.

River se quedó a las puertas de la hazaña. Le ganó 2-0 a Palmeiras en Brasil, pero le faltó un gol para llevar la serie de a los penales, debido al 0-3 registrado en la ida.

Robert Rojas, expulsado en el segundo tiempo por doble amarilla, y Rafael Santos Borré anotaron los goles millonarios durante el primer tiempo.

El partido comenzó siendo de ida y vuelta. Antes de los diez minutos, Franco Armani tapó un mano a mano ante Rony, en una jugada en la que Javier Pinola habilitaba al delantero brasileño. En el contragolpe pudo haber anotado el equipo millonario: Rafael Santos Borré remató a colocar, Weverton bloqueó, pero dio rebote y Matías Suárez no pudo aprovecharlo.

Conforme pasaban los minutos y los brasileños ralentizaban el ritmo del partido, el banco de River se impacientó. “Ya se comieron 4 de 15”, protestaron, luego de que el arquero Weverton pidiera reemplazo para uno de sus guantes. Antes, Marcelo Gallardo había arengado a sus dirigidos: “¡Vamos, vamos que estamos bien!”.

Fue desde un tiro de esquina que Robert Rojas encontró en el aire una pelota de Nicolás De la Cruz y la colocó lejos del arquero. River tenía tiempo y soñaba.

Ya sobre el final del primer tiempo River iba a conseguir el gol que lo dejaba a tiro de la “épica”. Borré cabeceó en su hábitat un centro desde la derecha de De la Cruz para anotar el 2-0.

El Millonario no aflojó en la etapa final. De la Cruz, de tiro libre, pudo gritar al minuto.

Y a los 6, la primera gran polémica de la noche. Enzo Pérez avanzó hacia el área y fue interceptado por dos rivales. Borré tocó hacia atrás, la pelota derivó en Angileri, que envió el centro para el ingreso de Montiel, que de marcó un magnífico tanto de volea.

Pero el colombiano Nicolás Gallo llamó desde el VAR. Y con la tcnología descubrió que el último en tocar la pelota antes del retroceso de Borré, que venía del offside, había sido Enzo Pérez. Por eso, Ostojich anuló las acciones.

El tanto inhabilitado profundizó la voracidad de River. Que en 10 minutos llegó tres veces, pero Weverton y el azar le impidieron empatar la serie.

Palmeiras logró, por lo menos, bajarle el ritmo a su rival. Tomó algo de aire y se vio beneficiado por la expulsión de Rojas, por doble amarilla.

Pero a los 74 la temperatura volvió a elevarse. Ostojich vio penal de Empereur a Suárez-

Las imágenes probaron que no hubo contacto y que fue el delantero quien se dejó caer. El VAR volvía a pincharle las esperanzas a River.

River, con un hombre menos, arrollando a su adversario, mereció el premio que no consiguió.

A ocho minutos del final, Borré tuvo el gol que igualaba la serie y mandaba la semifinal a penales. Fue a la salida de un córner, y en el área chica. Casi sin ángulo, remató y la pelota dio en el palo.

Otra de las jugadas muy polémicas, fue el puñetazo que le dio el arquero Weverton a Paulo Díaz. Tras un centro y un despeje en el primer palo, el guardameta siguió de largo en su intento de rechazar y chocó con sus dos puños sobre el rostro del defensor chileno. Una jugada temeraria que tiene identidad de falta y debió ser sancionada con penal para River.

La última jugada del partido también iba a dejar a vilo a los hinchas Millonarios. Un supuesto penal a Borré que una vez más el VAR sugirió observar a Ostojich, hizo detectar que Girotti estaba en fuera de juego en el inicio de la acción.

En la final del 30 de enero en Río de Janeiro estará Palmeiras, frente a Santos o Boca. River la mirará por TV, pero con el orgullo de haber dejado hasta la última gota de sudor, honrando los seis años brillantes del ciclo de Gallardo.

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