En el marco de los 30 años del Mercosur, el mandatario argentino y su par uruguayo tuvieron palabras cruzadas durante la reunión virtual.
El día de hoy se celebró una reunión virtual en el marco del 30 aniversario del Mercosur. Lo que ameritaba tener un clima de celebración se tornó en tensión.
La discordia se produjo cuando Jair Bolsonaro habló sobre flexibilizar el foro y reducir los aranceles. Uruguay apoyó en el discurso de su mandatario y Alberto Fernández salió al cruce.
“Obviamente que el Mercosur pesa, obviamente que su producción pesa en el concierto internacional, lo que no debe y no puede ser es que sea un lastre. No estamos dispuestos a que sea un corset del que nuestro país no pueda moverse”, sostuvo Lacalle Pou.
Fernández no lo dejó pasar y apuntó: “Si nos hemos convertido en una carga, lo lamento, no queríamos ser una carga para nadie. Una carga es algo que hace que a uno lo tiren de un barco y lo más fácil es bajarse del barco si la carga pesa mucho”.
“Terminemos con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad. No queremos ser lastre de nadie, si somos un lastre, que tomen otro barco, pero lastre no somos de nadie. Para mí es un honor ser parte del Mercosur” agregó el mandatario argentino.
Alberto Fernández considera que se debe fortalecer al organismo multilateral. Jair Bolsonaro, en cambio, apuesta por la flexibilización y la posibilidad llegar a acuerdos bilaterales con países europeos, asiáticos y Estados Unidos.
“Defendemos la modernización del bloque, como la actualización de las tasas arancelarias externas. A Brasil le gustaría destacar la importancia de la reunión que los cancilleres van a realizar en abril en materia de revisión de las tasas y aranceles propuesto por Brasil”, sostuvo Bolsonaro, quien a partir de su discurso encendió la mecha entre Lacalle Pou y Alberto Fernández.
Por su parte, los jefes de Estado de Uruguay y Paraguay, Luis Lacalle Pou y Mario Abdo Benítez, acompañan la posición de Bolsonaro sobre cerrar acuerdos al margen de los otros socios del Mercosur.
Argentina se opone a la flexibilización y como esa reforma estructural necesita la voluntad de los cuatro países socios, el Mercosur seguirá, por ahora, con su lógica jurídica y comercial.