El ente que preside Marcelo Tinelli rechazó el pedido por parte de la dirigencia xeneize y el partido se jugará mañana.
Sigue la polémica entre la Liga y Boca. Luego de lo que fue la novela de la semana pasada, la Mesa Directiva de la Liga Profesional de Fútbol rechazó el pedido realizado por la institución xeneize en la noche del domingo para postergar el encuentro correspondiente a la tercera fecha ante San Lorenzo.
De esta manera, Boca se verá obligado nuevamente a utilizar a sus jóvenes de la reserva tal cual lo hizo ante Banfield el pasado sábado. Esta vez en un clásico, que se jugará desde las 21 horas de este martes, y con el atenuante que estos jugadores habrán completado tres encuentros en cinco días.
Los ‘pibes’ de Sebastián Battaglia, tuvieron una brillante actuación ante el Taladro como visitante, donde por muchos momentos fue superior al conjunto del Sur.
La dirigencia de Boca envió una carta solicitando el aplazo del partido para la noche del miércoles o el jueves, para poder utilizar a los jugadores que enfrentaron a Atlético Mineiro, quienes para ese momento ya habrían cumplido con el aislamiento dispuesto por el Ministerio de Salud y, PCR negativo mediante, podrían jugar.
Lo cierto es que la Liga fue inflexible. Al igual que lo había manifestado la semana pasada, la organización juntó a su Mesa Directiva con Marcelo Tinnelli a la cabeza, y resolvió rechazar el pedido del xeneize.
En el comunicado de la LPF se indica que “los días y horarios son inapelables por los clubes quienes deberán cumplir obligatoriamente con los mismos”.
Adicionalmente el Reglamento General de AFA establece en su artículo 105 que “ningún partido podrá ser postergado a no ser que concurran las circunstancias establecidas en el artículo 121 y ningún club podrá solicitar la suspensión de determinado partido aún cuando le resultara dificultosa la concurrencia de sus jugadores”.
Tras esto, el entrenador boquense, Miguel Ángel Russo se lamentó por la situación en diálogo con ESPN: “Teníamos la esperanza de postergar este partido. Queríamos jugar el miércoles a la noche o el jueves que, suponemos, era lo más sensato y lo más lógico. Ahora tenemos que acomodarnos, otra vez, a todo esto. Lo del sábado lo entendí. Lo del martes, no. No costaba nada. Era un día más”.