Se trata de Pedro Di Spagna, quien estaba contratado para el seguimiento del cuadro clínico de Diego Maradona durante su internación en Tigre, pero apenas lo vio dos veces.
El médico clínico Pedro Di Spagna, que fue contratado para la internación domiciliaria de Diego Maradona fue imputado este lunes en la causa por la muerte del Diez, y ya lo citaron a indagatoria por haber visto al paciente en tan solo una oportunidad y no haber hecho un adecuado control clínico de salud.
Según fuentes judiciales, los fiscales acusaron formalmente a Di Spagna por el presunto delito de “homicidio con dolo eventual”, lo que lo transformó así en el octavo imputado de la causa por la muerte de Maradona. El médico fue llamado a indagatoria para el próximo 20 de diciembre.
Di Spagna había sido contratado por la empresa Medidom, la empresa tercerizada en la que la prepaga Swiss Medical había delegado la atención del Diez en su internación domiciliaria en la casa de Tigre donde murió el 25 de noviembre de 2020.
Por eso los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra le solicitaron al juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Díaz, que le prohíba la salida del país a Di Spagna, como ocurre con los otros siete acusados.
En el dictamen –al que accedió Télam-, los fiscales sostuvieron que “en particular, en su carácter de médico clínico designado para el seguimiento del tratamiento del paciente mientras se materializaba su internación domiciliaria, (Di Spagna) omitió cumplir con los deberes a su cargo ya que se abstuvo -al igual que el resto de los intervinientes- de controlar regularmente el estado de salud del paciente”.
También señalaron que el médico “se presentó en esa calidad solo en dos oportunidades”.
La primera fue el 12 de noviembre de 2020, “cuando sugirió la realización de una serie de estudios (análisis de sangre y orina, ecocardiograma; placa de tórax y ecocardiograma doopler color) de los cuales nunca se aseguró de su efectiva materialización; seguimiento y/o control en su caso”, expusieron los fiscales.
“Luego, sólo concurrió el próximo 18 de noviembre avalando en su carácter de profesional de la salud una supuesta negativa del paciente a ser controlado aumentando así el riesgo en la vida de la víctima pese a su rol y considerar que era necesario el adecuado control clínico del mismo todo lo cual se representó acabadamente”, señalaron.
Al igual que al resto de los acusados ya indagados, en la imputación los fiscales señalaron que los ocho “ejecutaron acciones contrarias al arte de la salud y omitieron realizar los actos específicos que cada uno debía desarrollar en torno a su función, agravando el cuadro de salud de Diego Armando Maradona, colocándolo en una situación de desamparo y abandonándolo a su suerte, ya que provocaron el deceso de Diego Armando Maradona el día 25 de noviembre de 2020″.
Di Spagna es el médico en el que muchos de los otros imputados –en especial el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov-, descargaron responsabilidades en cuanto al cuidado de la parte clínica de Diego Maradona.
Además, Di Spagna figuraba en el chat grupal llamado “Tigre”, donde los enfermeros reportaron los registros de sus controles y donde surgió que el Diez estaba taquicárdico y edematizado en los días previos a su muerte.
La indagatoria a Di Spagna fue fijada para el 20 de diciembre próximo a las 11, en la sede de la Fiscalía General de San Isidro.
En el dictamen, Ferrari, Iribarren y Capra también decidieron prorrogar la etapa de instrucción de la causa –que vencía el 14 de diciembre-, por otros cuatro meses, por lo que la idea original que tenían de elevar a juicio una primera etapa de la causa con los siete imputados ya indagados, quedó desechada.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que los fiscales tomaron esa decisión por una serie de medidas y cuestionamientos que hizo el abogado Mario Baudry, querellante por el hijo menor de Maradona, en el pedido de recusación que presentó contra ellos.
Tras las conclusiones de una junta médica, los profesionales de la salud que lo asistieron fueron imputados por “homicidio simple con dolo eventual”, figura penal que prevé de 8 a 25 años de prisión y que fue elegida por los fiscales tras una investigación en la que concluyeron que el equipo médico de Maradona fue “deficiente”, “temerario” e “indiferente”, y que sabía que el “10” podía morirse y no hizo nada para evitarlo.
Aparte de Di Spagna, Luque(40) y Cosachov (36); los otros cinco imputados el psicólogo Carlos Ángel “Charly” Díaz (29); la médica coordinadora de la prepaga Swiss Medical, Nancy Edith Forlini (52); el coordinador de enfermeros Mariano Perroni (40); y los enfermeros Ricardo Omar Almirón (38) y Dahiana Gisela Madrid (37).