En el acto de asunción, el máximo mandatario argentino cruzó a su par uruguayo.
Alberto Fernández asumió en Montevideo la presidencia pro-témpore del Mercosur, en medio de la tensión del bloque con Uruguay que busca en soledad su inclusión en el Acuerdo Transpacífico.
El tema quedó expuesto nuevamente ayer en la reunión que mantuvieron los cancilleres. El uruguayo, Francisco Bustillo, volvió a criticar al Mercosur como un escenario “imperfecto” y “languideciente”.
Santiago Cafiero, le respondió: “No estamos observando una aspiración a la futura convergencia dentro del bloque, por el contrario vemos con preocupación que se emprende un camino que parece ser unilateral y que, muy probablemente, podría desembocar en una ruptura”.
“No estamos dispuestos a quedarnos quietos. En lo personal y nuestro equipo es avanzar. El que se queda quieto pierde”, advirtió Lacalle Pou al comienzo de las deliberaciones.
A su turno, Alberto Fernández respondió: “La solución no es que cada uno haga la propia. Nos preocupan las decisiones unilaterales con terceros países. Cuando en una sociedad las reglas se incumplen, alguien esta rompiendo”.