Celeste Moya tiene 43 años, nació sin sus brazos y eso no la imposibilitó de hacer lo que le gusta: pintar

Celeste Moya de 43 años, nació en la capital de Catamarca y fue criada en un pueblito llamado El Rodeo, es famosa en el norte de la Argentina por sus obras de arte, expresó en una entrevista para TN: “Nací sin brazos, así que para mí es tan natural como la gente que los tiene y creció aprendiendo a desarrollarse con ellos”, explicó.

Sus pinturas son ampliamente cotizadas en ferias y festivales de todo el país. En cada encuentro ofrece algunas de sus creaciones y recolecta pedidos de cuadros por los que sus clientes llegan a pagar hasta $300.000.

“Pasé mi infancia y adolescencia entre El Rodeo y La Junta, dos pueblos en los que vivían mis amigos y familiares. Hice la primaria y secundaria ahí y luego volvimos, tras la muerte de mi padre, a vivir en una casa en San Fernando. Estudié Turismo, pero no me enganché. Hasta que empecé un taller de pintura y comencé a formarme como artista”, recordó Celeste.

Respecto al apoyo y acompañamiento familiar, recalcó: “La superación que tuve en mi vida fue gracias a mi familia. Me dejaron ser libre, autosuficiente e independiente. Eso me llevó a tener esta vida”.

“Tengo la suerte de poder vivir de esto. Pertenezco a la Asociación de Pintores con la Boca y el Pie (APBP), que tiene su sede central en Suiza y con la cual renuevo contrato cada tres años”, explicó Celeste.

La APBP recolecta una vez por año una serie de obras originales pintadas con la boca y/o el pie por artistas de todo el mundo. Las mismas se reproducen en postales o tarjetas de regalo que posteriormente se comercializan.

“Tenemos que enviar unas ocho obras al año. Ellos nos pagan una beca mensual y con eso vivo muy tranquila. Además de los cuadros que vendo en las ferias o que me encargan”, detalló.

Celeste, en pareja desde hace 18 años, reveló que lo más difícil de su trabajo es hacer el dibujo: “Lo suelo hacer con los pies, porque pintar me resulta más fácil con la boca. El problema es que tengo los pies cortitos y el papel es grande, ahí se me complica”.

“¿Con qué sueño? Con nada en particular. Desde que comencé este recorrido jamás pensé todo lo que me iba a dar el arte. Nunca me puse una meta de llegar a determinado lugar, así que no tengo objetivos ni me exijo demasiado. Vivo el día a día”, completó.

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