Dos personas murieron este martes cuando un hombre armado disparó en una de las protestas contra un contrato minero en Panamá.
El hombre, un adulto de cabello y barba crecida blancos y que portaba un arma automática, disparó contra las dos personas, que se encontraban junto a otras en un bloqueo en la vía Panamericana en el sector de Chame, hiriendo a una en el cuello y a la otra en un lugar no precisado.
Las dos personas heridas murieron, una en el sitio del suceso y otra en el hospital de San Carlos, informó la Policía.
El atacante, que aparentemente tiene doble nacionalidad, estadounidense y panameña, fue capturado por agentes policiales y se encuentra bajo custodia.
EL ORÍGEN DEL CONFLICTO
Desde hace tres semanas, Panamá enfrenta las mayores protestas sociales en décadas, cuyo catalizador fue el creciente aumento de los precios de los combustibles y de los alimentos. A medida que se prolonga el descontento en las calles se suman otros reclamos, como los altos costos de los medicamentos y los bajos salarios en un país con alta desigualdad, según estadísticas.
Gremios de docentes encendieron la mecha de las protestas al declararse en huelga indefinida y a ellos se fueron sumando otras organizaciones y sindicatos -como el de la industria de la construcción-, grupos indígenas y la ciudadanía en general.
Los cierres, incluyendo la carretera internacional Panamericana, están causando desabastos de alimentos, combustibles y oxígeno en los hospitales, según autoridades.
El alza imparable de los combustibles desde fines de febrero es el punto principal, que según los expertos impactó al ya creciente costo de los alimentos. El precio del galón de gasolina se disparó alrededor de un 40%, según las estimaciones oficiales y del mercado. Un galón de gasolina llegó a pagarse en casi seis dólares a inicios de mes (poco más de un dólar y medio por litro).
Los economistas estiman que la inflación, que según cifras oficiales alcanzó el 4,2% en mayo, alcanzaría el 6,0% en junio debido al aumento de la gasolina.
Los gremios de maestros y profesores exigieron el congelamiento y/o la rebaja de los combustibles, un tope de precios a los alimentos y un aumento del presupuesto para educación. Ahora también surgen reclamos para que se bajen los precios de los medicamentos, se ponga un alto al desabastecimiento en las farmacias de la entidad de Seguridad Social y se mejoren los salarios.
En el fondo, dice el analista político Miguel Antonio Bernal a la AP, las protestas también tienen que ver con un “hartazgo” social hacia lo que considera despilfarros en la administración de los dineros públicos y de los recurrentes escándalos de corrupción en últimas décadas.