El vocero presidencial aseguró que el paro nacional “tuvo un acatamiento de 40.000 personas” que representó al “0.19% de los trabajadores”.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, se refirió al paro general masivo convocado por organizaciones sociales y sindicales, que pobló las calles de diferentes ciudades de la Argentina en contra de la Ley Ómnibus, el brutal ajuste y el DNU de Javier Milei. Frente a ellos, decidió quitarle peso a la movilización y aseguró que “tuvo un acatamiento de 40.000 personas” que representó al “0.19% de los trabajadores”. Y apuntó: “Este paro tuvo más carácter político que algo que haya surgido de los propios trabajadores“.
“Vivimos el día de paro convocado por la CGT y algunos otros grupos que se adhirieron. Tuvo un acatamiento de 40.000 personas, que son las que vimos en la calle, para nosotros transcurrió tal como lo había previsto en la conferencia de ayer. Fue un día prácticamente normal, la movilización duró alrededor de 3 hs, el transporte funcionó con normalidad hasta las 19 y la vida comercial ha sido absolutamente normal. Incluso los informes de diferentes asociaciones indican que el acatamiento ha sido muy bajo. Destacamos el funcionamiento del Protocolo, los mecanismos de denuncia que implementamos y agradecemos a los millones de argentinos que siguen confiando y no adhirieron”, comenzó.
Asimismo, Adorni sostuvo que “una minoría todavía no logra metabolizar el resultado de la elección” y cruzó al dirigente Pablo Moyano por señalar que si se aplican las medidas de “hambre, ajuste y despidos”, trabajadores y jubilados “lo van a llevar en andas (a Luis Caputo) para tirarlo al Riachuelo”. Y añadió: “Más que pirotecnia verbal es una pirotecnica bastante pesada decir que van a revolear a un ministro, es un acto extremadamente violento. En este nivel de discusión no entramos porque no consideramos que sea diálogo. De todas maneras, entendemos que es una parte del sindicalismo, que no quiere perderr privilegios”.
Sobre esto último, sentenció: “Siguen con peleas y cuestiones que no son de la Argentina que queremos, esto de proponer tirar ministros al Riachuelo o demonizar empresarios, que aportan valor y dan trabajo, entre otros. Entendemos también que estas cuestiones son meramente ‘espasmos’ de una casta sindical que está claramente en retirada“.