El líder del PRO y Cambiemos arremetió contra Riquelme por la situación de Boca y confesó que el club le preocupa más que el país.
El expresidente de Boca Juniors, Mauricio Macri, lanzó fuertes críticas contra el actual mandamás del club, Juan Román Riquelme, tras los últimos resultados en el equipo (solo dos victorias en los últimos 12 partidos). En una entrevista en TN, el ex presidente reconoció lo que todos ya sabíamos: “Me preocupa más Boca que el país”. A la vez, Macri no fue a votar cuando fue candidato a vice. ¿En qué quedamos?
Macri, quien compitió en las elecciones xeneizes de diciembre junto a Andrés Ibarra (pero fue vapuleado por la lista de Riquelme), comparó la situación del club con la del país, gobernado por Javier Milei, y acusó al ídolo xeneize de “no tener rumbo”. “Llegué positivo y me hacés hablar de esta tristeza”, arrancó, antes de ser lapidario: “Boca está atrapado por un personalismo enfermizo de Riquelme. Le ha hecho daño al club, generando destrato y falta de convivencia. Me duele en el alma”, lanzó.
Macri recordó los años de Boca bajo su gestión entre 1995 y 2007, cuando ganó títulos internacionales y locales, la mayoría de ellos con Riquelme como protagonista en la cancha. “Yo construí esa institución con un equipo que me acompañó. Boca fue número uno del mundo en esos años. No había personalismo; el club no era del presidente, del técnico ni de los jugadores. Era de todos”.
No es la primera vez que el exmandatario se pronuncia en contra de Riquelme desde las elecciones. Tras la reciente derrota de Boca ante River en La Bombonera, Macri tuiteó: “Me duele, no puedo creer en lo que han transformado a Boca. Esto va más allá de lo que pasa en la cancha”.
La enemistad entre ambos, que empezó cuando Riquelme era jugador y Macri presidente del club, parece haber escalado en los últimos meses. En noviembre, antes de las elecciones, Macri ya lanzaba dardos: “El hincha tiene que decidir si somos un club de fútbol o si dejamos que usen a Boca para hacer política”.
La guerra entre Macri y Riquelme sigue abierta, y el destino de Boca, entre idas y vueltas, no deja a ninguno de los dos indiferente.