El director de PAMI aseguró que esta medida forma parte de “un reordenamiento para garantizar que los recursos lleguen a los más vulnerables”. Insostenible.
El gobierno de Javier Milei acaba de tomar una de las decisiones más crueles e inhumanas del año: ha eliminado la cobertura gratuita de medicamentos para los jubilados, obligándolos a atravesar trámites interminables para demostrar que son indigentes, y solo en ese caso acceder a un subsidio. Una medida despiadada que afecta directamente a los sectores más vulnerables de la sociedad.
“Me están cobrando el 40% de los remedios que antes me daban gratis”, comenta indignado un jubilado en la calle, reflejando el malestar de miles de adultos mayores que ahora deben enfrentarse a un sistema burocrático que los humilla. El 80% de los jubilados en Argentina cobra la mínima, apenas $300.000, una cifra que no alcanza ni para cubrir la canasta básica. Ahora, muchos se verán forzados a elegir entre comer o medicarse, una disyuntiva atroz que el PAMI no está dispuesto a resolver sin complicaciones.
La cruel exigencia: demostrar indigencia
A través de un comunicado, el PAMI explicó que los jubilados que deseen continuar accediendo a los medicamentos deberán inscribirse en un nuevo sistema de subsidios, cumpliendo con requisitos indignantes, como ganar menos de $389.398,14 y no estar afiliados a ninguna obra social o prepaga. Quienes apenas superen ese umbral quedarán desamparados.
Pero aquellos que logren pasar este filtro no encontrarán una solución fácil. Deberán completar formularios en las oficinas de PAMI, muchas veces sin acceso a internet ni familiares que puedan asistirlos. Este sistema, lejos de facilitar el acceso, parece diseñado para desalentar el acceso a los remedios gratuitos, dejando a los jubilados atrapados en una burocracia difícil de sortear.
Este no es un hecho aislado. Durante todo el año, los jubilados han sido víctimas de un ajuste constante. Desde el veto a la moratoria previsional hasta los aumentos insignificantes que no hicieron frente a la inflación, el gobierno ha despojado a los jubilados de sus derechos. Ahora, con la eliminación de la cobertura gratuita de medicamentos, se cierra el ciclo de desprecio hacia aquellos que más deberían ser cuidados.
El director de PAMI, Esteban Leguizamón, tuvo el cinismo de asegurar que esta medida forma parte de “un reordenamiento para garantizar que los recursos lleguen a los más vulnerables”. Pero, ¿quién más vulnerable que un jubilado que depende de medicamentos para sobrevivir?