El gremio La Fraternidad denuncia el mal estado de las vías, mientras el Gobierno considera que es una medida “extorsiva”.

Los trenes argentinos redujeron drásticamente su velocidad a partir de este lunes, circulando a un máximo de 30 kilómetros por hora. La medida, impulsada por el sindicato La Fraternidad, busca visibilizar el deterioro del servicio ferroviario y presionar por mejoras salariales.

Los maquinistas argumentan que la limitación de velocidad se debe al mal estado de las vías y el material rodante, una situación que, según denuncian, se agrava desde la declaración de la Emergencia Ferroviaria en junio pasado. La medida busca poner de manifiesto la necesidad urgente de inversiones en infraestructura y mantenimiento.

Sin embargo, desde la Secretaría de Transporte se interpreta la medida como una estrategia de presión por parte del gremio, en el marco de la paritaria 2024. La última propuesta salarial, que incluye un aumento del 3,5% para los dos últimos meses del año, ha sido rechazada por La Fraternidad.

La medida de fuerza, que afecta a todas las líneas ferroviarias del país, genera importantes demoras y complicaciones para los usuarios. Se espera que las negociaciones entre el gremio y el Gobierno continúen en los próximos días para encontrar una solución que permita restablecer el servicio de manera eficiente y segura.