El colombiano suma apenas dos goles en 11 partidos y sufre su peor racha desde que llegó al club.
“Está desconectado con el gol”. La explicación de Marcelo Gallardo resume el mal momento que atraviesa Miguel Borja, quien este miércoles volvió a fallar un penal (el segundo del año) y no pudo convertirle a Ciudad de Bolívar, equipo de la tercera división del fútbol argentino.
La racha negativa del colombiano se extiende, y su semblante de preocupación expone a las claras que entró en un sendero de desconfianza del que no puede escapar. Su reacción luego de que Ramiro Biscardi le detuviera el remate lo dejó en claro, así como también la del propio entrenador.
Los números reflejan un estado de desgracia con las redes. Lejos quedó aquella contundencia que supo tener bajo el mando de Martín Demichelis, donde era el amo y señor del gol y la máxima figura de River. En 2025, el colombiano sufre su versión opuesta: apenas dos goles en 11 partidos, ninguna asistencia y dos penales fallados.
Errático, falto de timing y con un olfato goleador que parece haber perdido sensibilidad, Borja no se halla en este River de Gallardo, que también es cierto que no fluye ni colabora para que mejore.
Al margen de este flojo comienzo de año, la jerarquía y perseverancia del delantero de 31 años hacen creer que tarde o temprano volverá a ser ese capocannoniere que se ganó el cariño de esos mismos riverplatenses que hoy lo miran de reojo.