El cantante y compositor de Los Caballeros de la Quema acaba de lanzar “El doctor Alvarez contra los All Blacks”, una emotiva catarsis.
Iván Noble decidió abrir las entrañas de su memoria y de su corazón al publicar El doctor Álvarez contra los All Blacks. El libro camina entre la novela contemporánea, la biografía y la elegía, pero es, sobre todo, un acto de amor al padre, una exploración sincera de la vida familiar y ese lazo invisible que a veces ahoga y otras reconforta, pero siempre permanece. El cantante comenzó a escribirlo durante la enfermedad de su papá, cuando cada día implicaba convivir con la posibilidad de la despedida. De esos días brotó una historia atravesada por la melancolía, pero también por la curiosidad y el humor.
En una charla exclusiva con Infobae en Vivo, Noble recordó con una precisión punzante: “Un día antes de que yo cumpla 50 años –a veces la vida es irónica en los símbolos–, cuando me preparaba para afrontar la segunda mitad de mi siglo, mi viejo cae en el baño desmayado, después de un cuadro de convulsiones y lo encuentra mi vieja. Hasta ese día era un hombre absolutamente sano, estaba mucho mejor que yo, absolutamente vital y gimnástico”.
El golpe fue doble. No solo lo inesperado del episodio, sino la brutalidad del diagnóstico: “A los 73 años se le declara un glioblastoma, un tumor cerebral maligno, agresivo e irreversible”. Los próximos meses se tiñeron de un gris persistente. Noble convirtió esos días en palabras y el libro fue primero “la crónica de la enfermedad, de casi dos años de periplo muy penoso, pero emotivo, que tuve de ventana de la despedida de mi viejo”.
Todavía hoy, el intérprete siente que escribir se convirtió en un instinto de supervivencia, y admite: “Yo sabía que iba a hacer un libro, no sabía cuándo, mi ambición era ser un escritor, y después de la muerte, cuando empecé a escribirlo, hubo momentos donde pensé que no tenía ningún sentido editarlo, que era una catarsis personal. Pero tengo un amigo, se lo mostré, y me dijo que para que no sea tan lúgubre, no hablara solo de la muerte, sino también de su vida”.
El relato fue también una forma de explorar la memoria emocional: “La caja negra de nuestra vida, sobre todo emocional, es la relación con nuestros viejos. Los hijos varones con los padres, hay una cosa en que se define mucho en la vida de uno… ¿hasta dónde conocés la vida del tipo del que venís? Y hay un misterio que yo no sé si este libro me ayudó a develar, pero tampoco creo que uno tenga que ser transparente, todos tenemos sitios o lugares muy nuestros, y andá a saber si los que nos conocen terminan de saberlo”.