El Tribunal Oral Federal 2 endureció las condiciones de detención domiciliaria de la exmandataria luego del revuelo político que generó una reunión en su casa de San Telmo. CFK salió al cruce en redes sociales, denunció una persecución del “bestiario mediático” y defendió la legalidad del encuentro.
El Tribunal Oral Federal 2 decidió ajustar las clavijas y modificar el régimen de visitas que rige para la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La medida judicial llega como un coletazo directo de la imagen que la líder justicialista difundió en sus redes, donde se la veía reunida con un grupo de economistas en su domicilio de San José 1111, lo que despertó una catarata de quejas de la oposición.
Lejos de llamarse a silencio, CFK salió con los tapones de punta a través de su cuenta de X para dar su versión de los hechos: “Lo que molestó de verdad al bestiario mediático, a sus patrones económicos y al Gobierno de Milei… es que hablamos de un Modelo Económico Nacional de crecimiento productivo y federal para el Siglo XXI en una Argentina que, desde el 10 de diciembre del 2023 a la fecha y bajo el gobierno y las políticas de Milei, no deja de destruir empresas y puestos de trabajo”.
El torniquete judicial se aplicó apenas unas horas más tarde de que referentes de La Libertad Avanza, junto a un coro de periodistas alineados al oficialismo y comunicadores de alto perfil, pusieran el grito en el cielo y cuestionaran la foto del encuentro entre la exmandataria y los nueve jóvenes economistas.
La publicación se viralizó a la velocidad de la luz y desató una ola de reclamos hacia los jueces para “hacer cumplir las reglas”, ignorando que la propia Cristina había aclarado de antemano que el cónclave contaba con el visto bueno de la Justicia.
En su descargo, la exjefa de Estado fue tajante al recordar: “¿Los economistas no estaban autorizados? Sí, claro que estaban autorizados. No recibo a nadie sin previa autorización del Tribunal”. Además, remarcó que ya había mantenido reuniones de este calibre, e incluso más numerosas, sin que la Justicia levantara el dedo acusador en ocasiones anteriores.
Sin embargo, haciéndose eco de esa presión mediática y política, el juez Jorge Gorini optó por endurecer las condiciones. De ahora en más, las visitas deberán “tener una duración máxima de dos (2) horas, que podrán concederse hasta dos (2) veces por semana y no podrán superar el límite de tres (3) personas concurrentes para cada ocasión”.
El fallo, no obstante, marca una línea divisoria y deja exceptuados a los familiares y al círculo íntimo, quienes podrán seguir viéndola sin las restricciones del reloj ni la necesidad de tramitar un permiso previo ante el tribunal.