A través de una circular, el gobierno de Julio Garro advirtió a las mujeres que no pueden vestir determinadas prendas para ir a trabajar.

Parece de otro siglo, pero sucedió esta semana: el municipio de La Plata indicó, mediante una circular, cómo deben ir vestidos los empleados que cumplen allí tareas.

Lo que podría tomarse como una medida lógica si se refiere a la prolijidad o a la higiene, ya toma otro cariz cuando se ven los detalles, especialmente en lo relacionado con las mujeres.

El texto de la circular dice que “el personal femenino no podrá asistir con prendas que dejen a descubierto el abdomen, como así tampoco con polleras o vestidos que no alcancen o sobrepasen el límite de las rodillas”.

La medida tomada por la comuna de la capital bonaerense, comandada por el polémico intendente Julio Garro, vulnera de este modo el derecho de las trabajadoras a elegir qué prendas vestir, y con un criterio que exhibe indudables prejuicios machistas.

Según la resolución, “el incumplimiento a lo enunciado precedentemente implicará que el agente no pueda tomar servicio, consignándose ‘ausente’ en la planilla de asistencia”.

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