El repudiable hecho ocurrió a la salida de una finca donde se realizaba una fiesta. “No fue (Fernando) Báez Sosa porque estaba la prima, que se metió”, sentenció el padre de la víctima.

Un joven de 17 años pelea por su vida luego de ser salvajemente golpeado por una patota de siete rugbiers, a la salida de una fiesta en la localidad de Campo Quijano, a 30 kilómetros de la capital de Salta. El padre de la víctima, declaró a Infobae: “No fue (Fernando) Báez Sosa porque estaba la prima, que se metió”. Hasta el momento, de los agresores se sabe que tienen entre 19 y 20 años y que jugarían en el Jockey Club de Salta.

El adolescente está internado con una conmoción cerebral y fue su prima y un amigo de ella quienes le salvaron la vida y se convirtieron en los principales testigos del aberrante hecho.

Sebastián Aragón, padre del adolescente, declaró a Infobae: “No fue (Fernando) Báez Sosa porque estaba la prima, que se metió”. De los agresores se sabe que tienen entre 19 y 20 años y que jugarían en el Jockey Club de Salta.

El cobarde ataque ocurrió el sábado, cuando la víctima concurrió junto a dos amigos a la “Finca Cámara” donde se realizaba una fiesta que había sido muy anunciada por las redes sociales, a la que los jóvenes llegaron en una combi alquilada. 

Alrededor de las 3.30 y mientras conversaba con una amiga, apareció la patota. “A mi hijo lo empiezan a agredir, a escupir, a decirle que se vaya porque si no lo iban a reventar”, relató Aragón.

Él trata de escaparse, pero se le acerca uno de los rugbiers, muy grandote y que fue convocado a Los Pumitas. Mi hijo quiere correr, pero se topa con un paredón. Este lo agarra y lo golpea contra la pared, le pega un cabezazo en el pómulo, lastimándole también el cráneo desde atrás”, añade. Llegan más agresores al lugar y lo empiezan a golpear. El joven cae al suelo y comienzan a patearlo.