En un partido cargado por las polémicas arbitrales, los futbolistas de Patronato estallaron contra el juez y terminaron en enfrentamientos con la policía.

Escándalo en el fútbol argentino. Tras el encuentro en el que Barracas Central venció a Patronato, los futbolistas y cuerpo técnico del conjunto entrerriano estallaron contra el polémico arbitraje y lo que en principio parecía uno más de los acalorados reclamos terminó en enfrentamientos con la policía.

El encuentro que cerró la décima fecha del Torneo de la Liga acabó con 4 integrantes del plantel profesional del Patrón detenidos, así como también el entrenador de arqueros que integra el cuerpo técnico de Facundo Sava.

La fiscal Celsa Ramírez, de la fiscalía especializada en espectáculos masivos de la Ciudad de Buenos Aires, ordenó la detención de Matías Pardo, Axel Rodríguez, Juan Barinaga, Justo Giani y Damián González, por el delito de “lesiones, atentado y resistencia a la autoridad”. Pasaron la noche en la Comisaría 10 de Flores.

La reacción violenta, siempre injustificada, tuvo raíz en que el conjunto entrerriano fue muy perjudicado. A Patronato le anularon un gol de Axel Rodríguez en el primer tiempo por posición adelantada (cuando había recibido de un rebote tras un rechazo defectuoso en un rival), a instancias del VAR. Luego sufrió la (correcta) expulsión de Nicolás Castro por una falta a Iván Tapia.

Aunque el caos llegó en el complemento, ya en el último tramo del partido, con ocho minutos en los que pasó de todo. A los 37′ Justo Giani tuvo contacto con Brian Calderara, que cayó dentro del área simulando una falta que no existió.

De inmediato Raúl Lozano metió un golazo para Patronato desde afuera del área (era el 2-1 para los entrerrianos), aunque fue anulado porque Baliño recibió el llamado del VAR para analizar la jugada entre Giani y Calderara.

Luego de verla el juez decidió invalidar el gol de Lozano y cobrar penal. El tiro desde los doce pasos lo ejecutó Pablo Mouche y se lo atajó Facundo Altamirano. Y a los 45 minutos hubo un tiro libre a favor de Barracas que pateó Tapia y Sebastián Rincón (hijo del recordado Freddy) ganó de cabeza y puso el 2-1 final para el Guapo.

Una vez que terminó el partido, comenzó las escenas más vergonzosas. La agresión del entrenador Facundo Sava al árbitro principal (cerró el puño para golpearlo, pero se arrepintió y sólo lo empujó), los reclamos de los futbolistas y el enfrentamiento con la policía, que dejó cuatro oficiales heridos y terminó con la detención de parte de la delegación del plantel.

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