Crecen con fuerza los rumores que sitúan al piloto argentino de vuelta en la máxima categoría, en sustitución de Jack Doohan en Alpine, tras un inicio de temporada adverso para el australiano.

Cada vez toman mayor impulso las versiones que aseguran el inminente regreso del piloto argentino Franco Colapinto a la Fórmula 1. Los trascendidos apuntan a que el joven talento albiceleste podría ocupar el asiento de Jack Doohan en la escudería Alpine a partir del próximo Gran Premio, como consecuencia de los resultados poco convincentes cosechados por el australiano en las primeras fechas del campeonato.

En el paddock de la máxima categoría, muchos dan por hecho un desenlace que se veía venir. Esta nueva oportunidad para Colapinto llegaría impulsada principalmente por el bajo rendimiento de su colega australiano, pero también como resultado de una pulseada interna en la que el argentino habría logrado imponerse de manera contundente.

Si bien en algunos momentos pareció que Doohan contaría con el respaldo del jefe de la escudería, Oliver Oakes, al menos hasta la mitad de la temporada, la figura de Flavio Briatore, influyente asesor principal y hombre de gran peso en la F1, habría sido determinante para inclinar la balanza a favor de Colapinto. Briatore, conocido por su olfato para detectar talentos como Michael Schumacher o Fernando Alonso, apostaría fuertemente por el piloto argentino.

El rendimiento deportivo de Doohan no hizo más que debilitar su posición. “Pobres resultados y varios errores en pista” minaron la confianza depositada en él, a pesar de su formación en la academia de Alpine. El australiano nunca logró consolidarse y, en las seis primeras carreras, acumuló incidentes notables como “el accidente en Australia, una terrible piña en Japón, varias sanciones en China y no duró ni una vuelta en Miami”.

Puertas adentro, la tensión en el equipo fue escalando a medida que avanzaban los Grandes Premios, llegando a un “punto crítico tras el despiste en Suzuka”. En Japón, Doohan cometió un error de pilotaje al no cerrar el DRS antes de afrontar la primera curva a más de 300 km/h, una maniobra que le había salido bien… en el simulador. El equipo no ocultó su malestar y apuntó directamente contra el piloto tras un fuerte accidente que generó daños estimados en un millón y medio de dólares.

Con el correr de las semanas, “los buenos resultados siguieron sin aparecer y desde Alpine dejaron de lado la tranquilidad y el respaldo”. El propio piloto comenzó a exteriorizar su frustración a través de la radio del equipo y adoptando actitudes más combativas ante los medios de comunicación, mientras que “afuera se repetía una y otra vez la misma pregunta: ¿y Colapinto cuándo?”.

El contraste con el desempeño de otros jóvenes pilotos como Ollie Bearman o Isack Hadjar también terminó por exponer las dificultades de Doohan. Mientras ellos lograron destacarse en condiciones similares, el australiano no pudo hacerlo. Y en la Fórmula 1, la máxima categoría del automovilismo mundial, la paciencia es un bien escaso. Por todo lo expuesto, la tolerancia de Alpine parece haber llegado a su límite.

En este contexto, “Colapinto aparece como una apuesta mucho más segura a partir de Imola”. El argentino ya sabe lo que es sumar puntos en categorías formativas, demostró sus capacidades en pruebas y en el simulador, cuenta con un perfil atractivo para el “producto F1” (considerando la ausencia de un piloto latinoamericano de habla hispana este año) e incluso tendría un mayor respaldo económico, factores que lo posicionan como el principal candidato a subirse al Alpine en el próximo Gran Premio.