El buque Falkor Too arribó este martes al puerto de Buenos Aires tras la histórica misión en el Cañón Submarino de Mar del Plata.
Después de permanecer semanas en el Mar Argentino, los científicos y científicas del Conicet regresaron este martes al puerto de Buenos Aires tras una histórica transmisión por streaming. En una misión conjunta con el Schmidt Ocean Institute en el Cañón Submarino de Mar del Plata, los investigadores pudieron documentar especies nunca antes vistas en la región, en un hito para la ciencia nacional.
Minutos después de las 8 de la mañana, el buque Falkor Too arribó al puerto de Buenos Aires. Desde allí, el jefe científico de la expedición, Daniel Lauretta, habló con la prensa y aseguró que “nuestro objetivo era comunicar y tratar de transmitir lo que hacemos todos los días en el laboratorio y tenemos esta parte que es el trabajo en el campo, esta vez con el buque que es increíble con el convenio que hizo Conicet. Nos permitió poder transmitir el fondo en vivo y en directo, la fauna que tenemos es increíble“.
Sobre la cantidad de personas que se sumaron a los streamings en el canal oficial del Schmidt Ocean Institute, que en algunas ocasiones sobrepasó los 90 mil espectadores, Lauretta se mostró sorprendido y entusiasmado: “El equipo de trabajo la verdad que funcionó muy bien y les gustó interactuar con la gente. El resultado fue muy bueno, estamos muy contentos“. En un principio, el objetivo de los investigadores era pasar las 800 visualizaciones que tuvieron otros vivos del canal, pero se sorprendieron con los números que por momentos superaban las 90 mil personas siguiendo la transmisión en vivo.
¿Cuál es el siguiente paso después de la histórica misión? Lauretta explicó que “se vienen meses e incluso años de trabajo de laboratorio, lupa y microscopio analizando“, aunque no descartó poder organizar una exposición para que la gente pueda ver las especies recolectadas.
El científico se mostró satisfecho con la repercusión de la iniciativa, que busca acercar el trabajo del Conicet a la sociedad. “Lo más lindo fue la recepción de esto en la gente, en especial de los niños y niñas, que mandaban dibujos de la fauna, jugaban a ser investigadores, preguntándonos qué tenían que estudiar para trabajar de esto. Si podemos despertar la curiosidad de la gente, esa parte del trabajo la pudimos completar muy bien“, aseguró.