Funcionarios del área de seguridad se reunieron en Olivos para discutir la iniciativa que pondría al Ejército al frente de temas como la represión.

El jueves por la noche se realizó una reunión en la quinta presidencial en la que participaron Fulvio Pompeo, mano derecha de Marcos Peña para el área de Defensa, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el secretario de Seguridad Eugenio Burzaco y el ministro de Defensa, Oscar Aguad.

Sucede que en lo sucesivo, el gobierno prevé una escalada en la protesta social, producto del impacto que tendrá el ajuste que se cocina entre el ministerio de Hacienda y el FMI. Las fuerzas de Seguridad que dependen de Bullrich no alcanzarían para contener dicha escalada y necesitan desplegar más hombres para poner coto a las manifestaciones y eventuales actos de violencia contra la arremetida del gobierno.

Según reveló el periodista del diario La Nación, Carlos Pagni, el objetivo de la reunión fue debatir la posibilidad de modificar el decreto 727 de la ex ministra de Defensa, Nilda Garré. Dicho artículo establecía que el Ejército no podía involucrarse en temas referidos a la seguridad interior nacional.

“Están discutiendo la posibilidad de modificar este decreto, para que las Fuerzas Armadas puedan prestar servicios de seguridad y, de esa forma, que liberen gente de seguridad para su cometido”, señaló el periodista.

La iniciativa de transferir recursos y personal militar para tareas de seguridad “luce como un Gobierno que se prepara para ser más duro”, indicó Pagni.

Pese a esta reunión, existírían sectores del oficialismo que no se encuentran conformes con el proyecto. Del mismo modo, una parte de las Fuerzas Armadas estaría en absoluta disconformidad.

Fuente: Portal de Noticias

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